
Lo que no es tan de recibo es el análisis de esas salas.
En primer lugar pasemos por L´escorxador. Esta, además de otras instalaciones que permiten espectáculos al aire libre o incluso en una nave de grandes dimensiones, cuenta con una pequeña sala bastante coqueta y cómoda. El problema es que parece que este teatro está tan vedado a los grupos locales como el Gran Teatro sino más. Apenas alguna co-producción con algún grupo local, como por ejemplo ese “Huéspedes” de Calandraca. En cualquier caso, a las pocas semanas el montaje se pudo ver en el Gran teatro también cuando lo más lógico es que se hubiera explotado durante varios días en una sala que parecía hecha para el espectáculo. Si algún otro grupo local ha estrenado allí, desde luego a mí se me ha escapado. Y eso que procuro estar al tanto de estas cosas.
Todo esto es especialmente escandaloso cuando en la inauguración se anunció, a bombo y platillo

Viendo la penosa gestión económica de este primer año, no hubiera estado de más confiar parte de su programación a algunos grupos locales capaces de llenar la sala tres días seguidos (que los hay). De acuerdo que ganar dinero con la programación de L´escorxador no debería ser una prioridad, por más que los señores del PP local (y por extensión toda la derecha) no entienda que con esto de la cultura ni ahora ni nunca se ha obtenido rentabilidad económica, pero los números de este primer año claman al cielo y son sinónimo de una dejadez considerable en este aspecto. El caso es que el teatro local, salvo honrosas excepciones no suele pisar el escenario de estas instalaciones. A lo mejor es que la señora Candela piensa que lo de “jóvenes talentos” escasea por estos lares.
Así que nos tenemos que centrar en la otra sala: La Llotja.
Esta sala es un castigo para los espectadores. Primero su ale

Luego no crean que dentro nos espera algo mejor. Una sala de conferencias, horrorosamente ¿decorada?, con sillas demasiado incómodas como para aguantar un espectáculo de un par de horas, con una mala acústica y peor visibilidad (cuando saquen su entrada recen para que no les toque delante a un señor alto o una señora con cardado). Ahí quieren “desterrar” a los grupos locales.
¿Qué piensan los grupos? Pues algunos artistas se quejan de que además la “sala” no reúne las condiciones técnicas necesarias para la correcta presentación de sus trabajos. Claro que, en honor de la verdad también están los que la defienden “porque les tratan muy bien”. Que manda güebos, que diría aquel; así deben tratarlos en el Gran Teatro para preferir venirse aquí a estrenar su obra. Habrá que hablar de esto también alguna vez.
Y en esa tesitura se encuentra parte del teatro local. Yo no sé si algunos grupos, efectivamente, no se merecen más que este castigo que es La jotja. De lo que estoy segura es que ningún espectador se lo merece.
Claro, ahora andan por el foro revolucionados, que “si hay que hacer algo, que si esto no se puede permitir”. Desde fuera, en mi opinión, creo que han reaccionado demasiado tarde. Acostumbrados a una política socialista demasiado paternalista, estos grupos apenas se han preocupado de evolucionar a lo largo de los años. “¿Para qué, si tenemos el Gran Teatro garantizado?”, se dirían. Y claro, les ha pillado las vacas flacas de improviso porque lo último que se esperaban es que un partido tan de izquierdas hiciera una política cultural tan de derechas, arrinconando a los artistas del pueblo para dejar paso a la élite. Ahora se descubre la dura realidad: el que no es mediático no actúa.

El caso es que a lo largo de estos dos años que dura mi blog (como pasa el tiempo), he sacado mis propias conclusiones para deducir que la Plataforma en realidad no es más que unos pocos grupos de teatro -por lo general poco significativos o relativamente jóvenes- que apenas se reúnen un par de veces al año para organizar el maratón y la Mostra. No sé siquiera si están legalmente constituidos (parece que no, a tenor del asunto de "desvío" de facturas), con poca experiencia administrativa (el follón que se ha montado por lo de las dietas sin pagar de un grupo se hubiera solucionado con una simple llamada) y nula, nula capacidad de influencia en las concejalías de Cultura o de Juventud. Me da la sensación de que (lejos de abrirse a la ciudad) se han convertido en un pequeño club privado poco interesado en que grupos de mayor enjundia (Maracaibo, Calandrada, Compañía Clásica de Comedias…) formen parte de club quizá por miedo a que, por comparación, se hicieran más evidentes sus carencias (la sola idea de plantearse una selección para participar en la Mostra y elevar su calidad ya les levanta ampollas). Una lástima porque de haber sido más ambicioso ese proyecto ahora podríamos estar hablando de una verdadera asociación de todo el teatro local y nadie tendría redaños para expulsarles al “castigo” de La Llotja.


Y así andan las cosas. ¿En qué va a devenir todo esto? En poca cosa creo, la verdad. Los grupos de La Plataforma seguirán teniendo su Mostra. No parece que pretendan mucho más. Espero que al menos y junto a la Muestra de Institutos, les respeten para ello el Gran Teatro. Son dos manifestaciones populares y esta sala es ante todo del pueblo, no lo olvidemos.
De los demás (los que hacen la guerra por su cuenta) imagino que la selección natural hará su trabajo. Sólo aquellos que sean capaces de demostrar su valía, de reivindicarse fuera de aquí (a veces mediante premios en festivales, caso de Calandraca), estarán en condiciones de pedir algo más que actuar fuera de una sala multiusos. Siendo positivos, diré que la necesidad agudiza el ingenio y quizá estos tiempos duros sirvan para hacer crecer a algunos grupos acomodados en su condición amateur durante mucho tiempo. Si esto sucediera ya merecería la pena estas penurias ya que, a pesar de mis duras palabras, creo firmemente que el teatro local todavía tiene mucho que decir. Para ello solo es menester trillar un poco.