domingo, enero 07, 2007

"UNA, DOS Y TRES MALETAS", un Louis De Funes a la ilicitana.

Hace algo más de un mes Teatre Garou era un grupo que prácticamente desconocía. Así que cuando leí que iban a realizar una representación de su último montaje a beneficio de la Asociación de Protección y Ayuda a Ex-Alcohólicos (APAEX) en el Gran Teatro decidí animarme y hacer la doble buena acción del día. ¿A alguien se le ocurre un lugar mejor donde gastar el tiempo ocioso que arrimándose al teatro?
Este grupo ponía en escena la obra que nos ocupa, basada en una comedia de Claude Magnier que ya se adaptó a la gran pantalla en 1967 con el título de “Oscar”, a la mayor gloria del cómico francés Louis De Funes, algo así como la Lina Morgan de nuestros escenarios. El argumento una trama de blanqueos de dinero, equívocos, confusiones de identidad (y de maletas, por supuesto) que promete una risa sana, fácil, directa…
Se levanta el telón y nos aparece una curiosa escenografía muy colorista y que se pliega a la manera de un libro según la trama va desarrollándose en las distintas estancias de la mansión de nuestro protagonista (jardín, biblioteca y gimnasio si no recuerdo mal). Esto unido a la música de obertura y el divertido cartel que publicita la obra parece querer mostrarnos que sus responsables han optado por una estética “naif”, muy de los sesenta... Pero las intenciones acaban ahí, desgraciadamente. Y esa es la principal recriminación que se le puede hacer a estas “Tres Maletas”: la falta de un estilo definido. Cada uno de los elementos que conforman la puesta en escena van por su lado sin unidad aparente.
De este modo el vestuario, por poner un ejemplo, parece que haya sido escogido por cada actor sin un criterio unificador y esto puede aplicarse casi al resto de elementos. Juegan con efectos sonoros en directo a la manera de la Comedia del Arte pero esto tampoco está convenientemente integrado en la trama, parece más fruto de una ocurrencia espontánea, la iluminación ¿qué decir de ella?, una vez más nos encontramos con un desinterés absoluto en el tema de las luces. Y es una lástima por que habría sido el complemento perfecto para sacar partido a esos decorados cada vez que se cambiara de estancia; de este modo, se limitan a ser unos lienzos pintados y alumbrados de manera descuidada. Y es que a lo largo de la puesta en escena parece campar a sus anchas la improvisación o el instinto más que el rigor expositivo.
Vamos a ver si me explico. La dirección de Gaspar Torres no es del todo desdeñable. Presenta unos apuntes interesantes, bosqueja una puesta en escena correcta. El problema es que da como buenos esos apuntes iniciales, sin una reflexión más concienzuda. Y la escena se plaga de idas y venidas innecesarias, gags repetidos, acciones estiradas que van poco a poco perdiendo a los espectadores y ensuciando el conjunto. Da la sensación de que no saben muy bien lo que tienen entre manos, de confiar demasiado en la chispa del texto (que la tiene, es cierto) y creer que el resto se dará por añadidura, sin apenas trabajarlo. Pero, a mi humilde parecer, la comedia es todo lo contrario: exige trabajo, rigor, estudio pormenorizado de cada escena para que la maquinaria funcione convenientemente.
En cuanto a las interpretaciones destaca, por supuesto, Antonio Ramón Berbell como Bertrand Barnier, el empresario que es blanco de todas las desgracias de la trama. Es evidente que hace un esfuerzo más que meritorio y debe acabar rendido al final de una función. Se nota que lo da todo sobre las tablas. Resulta muy curioso ver como han decidido imitar a Louis De Funes en lugar de buscar una interpretación propia (en algunas escenas era increible el parecido de gestos e incluso tonos con los del histriónico actor francés) pero esto no me parece especialmente mal ya que creo que precisamente esa mimetización con el cómico proporcionan algunos de los mejores momentos de la función. Por supuesto, los puristas de la "creación actoral" no estarán de acuerdo conmigo pero yo personalmente creo que si algo funciona ¿por qué no copiarlo? El problema estriba en que muchas veces Berbell está pasado de rosca, parece que se olvida del trabajo de conjunto y se limita a darle al público más de lo que quiere; precisamente como hacía Funes. Es comprensible ya que es un peligro del que no está libre ningún actor, incluso los más consagrados: “emborracharse” de público y perder el rigor de la actuación en alas del aplauso fácil. Un actor menos experimentado es presa fácil de este vicio. Ahora bien, también es de justicia decir que lo hace porque puede, porque tiene la comicidad y los recursos suficientes para hacerlo (otra cosa es que nos parezca criticable o no). Peor resulta cuando un actor quiere y no llega por mucho que se esfuerce. Entonces ese propósito queda realmente en un intento triste como sucedió en la ya comentada “No es tan fácil” (ver crítica anterior).
Junto a él, una estupenda Lucía García como su esposa. Su interpretación tiene un punto de ausencia (desde la propia actitud de la actriz en escena) que resulta absolutamente delicioso para su personaje. Es el ejemplo contrario de Berbell: Lucía con pocos recursos, pero medidos, sin hacer ruido, va ganándose al personal poco a poco hasta lograr la hilaridad del público. Israel Martínez, por su parte, no consigue casi nunca engancharse al carro que proponen Berbell y Lucía y aunque su personaje es el co-protagonista nunca logra la gracia suficiente, resintiendo notablemente la función. El resto del grupo se inclina bien hacia el histrionismo de Berbell o bien al “querer y no poder” de Israel e incluso alguno da la sensación de que “no sabe, no contesta”, no lográndose, de este modo esa unidad ni siquiera en este irregular cuadro interpretativo.

El espectáculo termina. Y si bien es cierto que logran hacernos pasar un rato simpático, también es verdad que sales con cierto regusto a frustración y con el deseo de ver este texto realizado con mayor cuidado. Con actores que, por ejemplo, se adecuen a la edad, que tengan una mayor presencia en escena y entonen o articulen con más cariño sus frases. Me dio la sensación de ver una obra montada por gente que acaba de salir del instituto, un grupo apenas esbozado, como su espectáculo, que apunta cosas, que promete, pero todavía crudo. Un grupo que deberá esforzarse más la próxima vez si quieren destacar aunque sea a nivel local. Por que madera y entusiasmo creo sinceramente que tienen para apuntar más alto.
(“Una, dos y tres maletas” fue representada el 2 de diciembre de 2006, en el Gran Teatro de Elche)

Próxima crítica: "Un Enemigo del Pueblo" de Atrote Teatro & Cía. Clásica de Comedias y "El Rey Lío" de CRC.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Jeje Qué voy a ser el primero en escribir sobre la crítica! Me ha parecido muy acertada, sobretodo lo referente a Lucia. En cuanto a mi, es cierto que unos de mis peores enemigos es buscar la risa a toda costa, al menos en esta obra. Me dejo llevar demasiado por mi instinto y pierdo -a veces- un poco el norte. Es algo que intento corregir a toda costa pero (ahora viene la excusa de siempre xD) es que llevo poco tiempo haciendo teatro! Por último, no sé si te lo creeras pero no he visto aun la película de funes ( el dire me lo prohibió) jeje es gracioso, porque todo dios me dice lo mismo... En todo caso tomo nota y espero que para "el drama de calderón" que hacemos el 12 de enero esté la cosa corregida.

-END OF TRANSMISSION-

Anónimo dijo...

Añadir que "El drama de Calderón" no es de Garou, sino de compañia clásica de comedias, y salimos el menda y el dire entre otros mucho mejores jeje... Espero que os guste!

-END OF TRANSMISSION-

Lengua Bífida dijo...

Gracias por tu comentario. Tristerel, deduzco que eres Antonio Ramón, ¿no? La deportividad con que lo tomas es poco común en este mundillo plagado de vanidad. De todos modos insisto que es sólo mi opinión y que de ahí sabréis sacar lo que os valga o no.
Gracias por la invitación para ver "Un Drama de Calderón". Intentaré ir. ¡Madre mía! Se me amontona la faena cuando ni siquiera he escrito aun sobre "Un Enemigo del Pueblo"... ¡Ay, ay, ay!

Basterrak dijo...

jeu jeu...

me parece que has comentado varias cosas acertadas y aunque me hayas puesto a caldo :_( supongo que seguiré el blog.

por cierto, un apunte, hay un par de errores. Te pongo la forma correcta:

- Teatre Garou (no Garou Teatro)
- "Una, dos y tres maletas" (no Uno, dos y...)

ciao

Lengua Bífida dijo...

Corregidos errores; gracias basterrak. Y sorry... no es nada personal :)

Shitenno dijo...

No te lo tomes a mal, el señor basterrak es un pistola y tienes razón. Yo me quede en las puertas y no pude ver la obra (cuestiones de trabajo) y me hubiera gustado poder debatir o afirmar todo lo que dices en tu critica. Aún asi me ha encantado leerla.

Un saludo :)

Anónimo dijo...

Gracias por tu crítica. Siempre es bueno contar con la opinión de un tercero (que además no es amigo nuestro y, por tanto, no se ve en el compromiso de tener que ser políticamente correcto). Además, tu blog nos servirá de aliciente para intentar hacer las cosas mejor la próxima vez. Por último, aprovecho para felicitarte por esta iniciativa y decirte que espero seguir leyendo mucho en este blog. Un saludo y hasta la próxima crítica.

Negra Murguera dijo...

A grandes rasgos estoy bastante de acuerdo con tus críticas, salvo con algo que comentaste mas de 1 vez: la diferencia de edades actor/personaje.

Entre los grupos de teatro de Elche, el único que cuenta con gente de mas edad es el ex metomentodo (que ahora no recuerdo como se llaman) El resto está entre los 20/30 años, salvo raras excepciones como Elena en Carafur.

Si se limitaran a representar obras donde los personajes tuvieran esas edades, creo que las opciones se verían muy acotadas.

En teatro la gente REPRESENTA lo que no es, por eso no veo que esté mal que hagan personajes de mas edad.

Saludos

Lengua Bífida dijo...

Gracias a cristania y a negra murguera por vuestros comentarios. Estoy de acuerdo en parte con tu opinión sobre la edad de los actores. El teatro es una maravillosa mentira pero (y esa es la paradoja) para que llegue a emocionarnos debemos creernos esa mentira. Si un actor no nos hace creer en la edad que está representando automáticamente se produce un distanciamiento entre él y el espectador (si exceptuamos la farsa o el teatro no realista, claro).

Anónimo dijo...

Saludos.
Yo no pude ver la obra, por lo que no puedo debatirla contigo, aún así me parece bastante elaborada y completa. Y me parece muy bien que en Garou se lo tomen tan bien. Es bueno aprender de las visiones ajenas.
Ah!, lo de las edades de los actores, decir Taitantos somos un grupo con edades variadas (desde los 19 hasta los 70). No sé si somos nosotros el grupo al que Negra Murguera se refería...

Un saludo.

Negra Murguera dijo...

Exacto!
Pero eso tiene mas que ver con el desempaño actoral que con la edad.
Y ayudará mucho tambien el maquillaje y vestuario.
Porque por ejemplo las mechas azules que yo le veía a Isa en Magnolias, despues me enteré que eran canas :P

Anónimo dijo...

Hola! Me gustaria corregir un pequeño... "fallo" que me ha afectado xD.
La crítica que haces de la obra "Una, dos y tres maletas" que se representó en el Gran Teatro no se corresponde con las fotos que has puesto, las fotos pertenecen a la obra que se representó en el Centro Social Carrús (la misma obra y el mismo director pero actores diferentes, al menos algunos).
Así que me veo en la foto y me doy por aludida al ver la critica pero luego me doy cuenta que no es para mi.. ^^' En fin, tonterias :P

Lengua Bífida dijo...

Bueno, lo siento... En realidad he puesto las únicas fotos que he encontrado por la red y que ya supongo que no son del Gran Teatro. Por eso dejo claro al final de la crítica la fecha a la que asistí y, por tanto, a la que aludo en mi crítica. Aclarado el tema no debes sentirte aludida para bien ni para mal si en esa fecha no representabas ningún papel. Aun así, gracias por la aclaración :)
Saludos!