Pues este pasado sábado se clausuró la XI Mostra de Teatre d´Educació Secundària, y ahora toca analizar los montajes que este año han tomado parte del mismo.
Como ya adelanté en el foro, me parece que este año se ha elevado un poquito más el nivel con respecto al año pasado. Yo no he podido verlo todo y sólo pude ver los del segundo pase menos el domingo y lunes. Por tanto pude ver también Yerma y El Patio.
En total 8 de los 12 grupos, lo cual no está mal. Mis disculpas anticipadas a todos aquellos que no pude ver; espero poder hacerlo el próximo año.
Como ya adelanté en el foro, me parece que este año se ha elevado un poquito más el nivel con respecto al año pasado. Yo no he podido verlo todo y sólo pude ver los del segundo pase menos el domingo y lunes. Por tanto pude ver también Yerma y El Patio.
En total 8 de los 12 grupos, lo cual no está mal. Mis disculpas anticipadas a todos aquellos que no pude ver; espero poder hacerlo el próximo año.
En lo relativo siempre a mi propio gusto, ha habido de todo.
Por un lado aquellos montajes que no pude aguantar hasta el final: son los casos del Monserrat Roig, Misteri d´Elx y San José Artesano.
EL CASO DE LA MUJER ASESINADITA de Miguel Mihura corría a cargo del grupo “Las Peras del Olmo” del IES Monserrat Roig.
Mis respetos al esfuerzo monumental que los chicos hicieron para sacar adelante el texto. Pero el personaje principal le venía grande al muchacho que lo interpretaba y eso condenó definitivamente el ritmo cansino del montaje. Encima venía ya de ver apenas un par de horas antes otro montaje y he de admitir que el agotamiento pudo hacer mella en mí. Ya digo que los muchachos me parecia que se lo tomaban en serio aunque no lograran hacerme prestar atención casi nunca y la puesta en escena tampoco es que ofreciera muchos estímulos, era demasiado carca para mi gusto. El caso es que me salí, sí lo confieso, que al día siguiente trabajaba, al fin y al cabo. Lo hemos discutido ya en el foro y sigo pensando que quizá el texto no era el más apropiado para el elenco del que se disponía.
Los casos del Misteri d´Elx y de San José Artesano (ambos con musicales) son mucho más sangrantes. No sé hasta qué punto merece la pena experimentos como el de OLIVER TWIST.
Vamos, hacer una obra en “Play-back”, no ya sólo las canciones sino prácticamente todo el montaje. Al final parecía que estábamos presenciando una tomadura de pelo y decidí salirme. No puedo valorar si los chavales estaban bien o no simplemente porque no estaban. Eran muñecos que habrían la boca o se movían a impulsos sonoros, por lo general descompasados. No creo que sea ese el camino mejor para inculcar los valores teatrales a unos estudiantes, porque desde luego no era teatro lo que estaban haciendo, y mucho menos a los sufrido s espectadores.
En cuanto a los Salesianos, bueno, sólo puedo decir que desaparecí de allí porque a los cuarenta y cinco minutos de obra todavía no sabía de qué iba la cosa. Unos chavales que escupian más que hablar, unas canciones muy chulas pero que no se sabía muy bien que pintaban y unos efectos de luces y sombras que intentaban hacer olvidar la lata que nos daban cuando se ponían a balbucear texto. Como rezaba el título CADA CUAL A SU MANERA. Dudo mucho que este montaje pudiera satisfacer siquiera a los responsables del montaje, o quizá la cosa cambió mucho a partir de la hora de trama. Yo no me quedé a averiguarlo.
Acabar sí que acabé otras como las del Sixto Marco y La Torreta. La primera fue una adaptación de EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO y si la terminé hasta el final fue primero porque no llegó a la hora de duración y segundo porque yo ya conocía la obra. Si no hubiera sido imposible entender nada. A su favor decir que fue uno de los pocos montajes que por lo menos intentó crear un poquito de belleza en la puesta en escena con simpáticos hallazgos como el de iluminar simplemente con linternas a los personajes cuando intervenían en el bosque de noche o el telón que sirve para acotar un teatrillo en la desangelada escena final. Pero al margen de esos pocos momentos, la falta de trabajo en los actores hacía imposible la identificación del espectador en la historia, si exceptuamos, claro, a Abraham Arenas que demostraba mayor soltura en su papel de duende.
El IES La Torreta nos puso en escena un bonito
cuento chino (no va con segundas) EL HUÉRFANO DEL CLAN DE LOS ZHAO. Me las prometí feliz cuando vi que intentaban contar algo distinto a los demás. La solución de los figurantes creando la escenografía al fondo por medio de varas de bambú pese a no ser novedosa siempre es un recurso estéticamente bonito. El vestuario también era adecuado y muy colorista. Pero todo ello es insuficiente si en el escenario tenemos unos actores que no logran nunca dar vida a lo que nos están contando. Ningún asomo de emoción, absolutamente ninguna intencionalidad en el texto que sueltan de manera automática (aunque eso sí, correctamente pronunciado, a estos por lo menos los entendía). El nulo uso de la iluminación (cómo se prestaba esta obra con ese cuidado vestuario para “pintar” las escenas con un mayor colorido o jugar de alguna manera con algún efecto de fondo) y de la música (que se limitó a poner una música oriental de fondo durante toda la obra, como si estuviéramos en un restaurante chino) terminó de condenar lo que podría haber sido la propuesta más singular de la Mostra. ¡Qué lejos quedan aquellos años gloriosos del grupo de teatro de La Torreta! He leído muchas palabras elogiosas de su director, Eugenio Moreno, pero hasta hoy lo único que me ha demostrado a mí, por las obras que he visto de él (que van unas cuantas ya), es una total falta de recursos expresivos en sus espectáculos.
EL CASO DE LA MUJER ASESINADITA de Miguel Mihura corría a cargo del grupo “Las Peras del Olmo” del IES Monserrat Roig.
Mis respetos al esfuerzo monumental que los chicos hicieron para sacar adelante el texto. Pero el personaje principal le venía grande al muchacho que lo interpretaba y eso condenó definitivamente el ritmo cansino del montaje. Encima venía ya de ver apenas un par de horas antes otro montaje y he de admitir que el agotamiento pudo hacer mella en mí. Ya digo que los muchachos me parecia que se lo tomaban en serio aunque no lograran hacerme prestar atención casi nunca y la puesta en escena tampoco es que ofreciera muchos estímulos, era demasiado carca para mi gusto. El caso es que me salí, sí lo confieso, que al día siguiente trabajaba, al fin y al cabo. Lo hemos discutido ya en el foro y sigo pensando que quizá el texto no era el más apropiado para el elenco del que se disponía.
Los casos del Misteri d´Elx y de San José Artesano (ambos con musicales) son mucho más sangrantes. No sé hasta qué punto merece la pena experimentos como el de OLIVER TWIST.

En cuanto a los Salesianos, bueno, sólo puedo decir que desaparecí de allí porque a los cuarenta y cinco minutos de obra todavía no sabía de qué iba la cosa. Unos chavales que escupian más que hablar, unas canciones muy chulas pero que no se sabía muy bien que pintaban y unos efectos de luces y sombras que intentaban hacer olvidar la lata que nos daban cuando se ponían a balbucear texto. Como rezaba el título CADA CUAL A SU MANERA. Dudo mucho que este montaje pudiera satisfacer siquiera a los responsables del montaje, o quizá la cosa cambió mucho a partir de la hora de trama. Yo no me quedé a averiguarlo.
Acabar sí que acabé otras como las del Sixto Marco y La Torreta. La primera fue una adaptación de EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO y si la terminé hasta el final fue primero porque no llegó a la hora de duración y segundo porque yo ya conocía la obra. Si no hubiera sido imposible entender nada. A su favor decir que fue uno de los pocos montajes que por lo menos intentó crear un poquito de belleza en la puesta en escena con simpáticos hallazgos como el de iluminar simplemente con linternas a los personajes cuando intervenían en el bosque de noche o el telón que sirve para acotar un teatrillo en la desangelada escena final. Pero al margen de esos pocos momentos, la falta de trabajo en los actores hacía imposible la identificación del espectador en la historia, si exceptuamos, claro, a Abraham Arenas que demostraba mayor soltura en su papel de duende.
El IES La Torreta nos puso en escena un bonito


El grupo de teatro del IES Carrús volvió a tirar de veteranía. No hay mejor manera de empezar una muestra de estudiantes. Este año con EL PATIO no me han sorprendido tanto como otras veces, sea porque la historia tardó en engancharme, sea porque repetían un poco el patrón del año pasado. En cualquier caso, a este grupo siempre lo esperamos con expectación y, en ese sentido es más fácil que no siempre puedan cumplir con esas mismas expectativas. Una puesta en escena algo recargada y una cantidad de pequeños personajes no dejaron que me concentrara en la trama tanto como hubiera deseado aunque la fuerza y seguridad que demuestran sus intérpretes están fuera de toda duda y siempre es difícil encontrar a alguien que no cumpla a la perfección con su cometido, sea principal o muy secundario. Así se lo supimos agradecer al final de la representación. Una vez más marcan la diferencia aunque este grupo está preparado para afrontar retos de mayor enjundia.
En cuanto a YERMA, del grupo de la Universidad Miguel Hernández, otro tanto de lo mismo. Es evidente que Garzón conoce el terreno que pisa y sabe ponerlo en escena con gusto. La actriz que interpretaba a la protagonista cumplió con su papel, aunque los intérpretes masculinos me parecieron un poco blandos.

Para concluir dejo el montaje del IES Tirant Lo Blanc, LAS SALVAJES, con la que se cerró, digamos, la sección “oficial”. Me sorprendió porque no conocía un texto tan bueno, tan intenso, tan teatral, válgame la redundancia. Me sorprendió por la bellísima puesta en escena que parecía romper con todos los moldes establecidos sin, al fin y al cabo hacer nada que no hayamos visto antes y cuidando el mínimo detalle. Poe último, me sorprendió por la fuerza que destilaron todos sus intérpretes. Fuerza que supieron mantener hasta el último minuto de la obra. Una descarga de energía continua. Una verdadera sorpresa para mí. No sé cuál fue el secreto. Quizá podría resumirse en lo que me dijo mi acompañante durante la función: “Es que los chavales se creen lo que están haciendo”. Y eso, queridos lectores, es algo que no tiene nada que ver con la edad, con el talento y mucho menos con la casualidad. Quizá sí con el trabajo y la fe en unos mismos.
No quiero terminar sin dar mi enhorabuena a todos los chavales participantes. Ellos son el futuro de nuestro teatro. Ellos son, como se comentó en mi anterior post, las nuevas generaciones que deben sustituir a aquellos actores y actrices que nos han deleitado y siguen haciéndolo, desde las tablas del escenario. Y a pesar de lo dicho anteriormente, creo que es un futuro prometedor, teniendo en cuenta que muchos de estos grupos podrían competir perfectamente con otros grupos de trayectorias más largas y experimentadas. Ánimo y a seguir esforzándoos.